jueves, 2 de febrero de 2017



Zaatari, una pequeña Siria en
mitad del desierto jordano
06/04/2016
Artículo de Mikel Ayestarán para eitb.eus que incluye, relacionadas,

fotos y los tres reportajes que ha hecho en ETB desde Jordania en el

segundo campo de refugiados más grande del mundo.
Una visita a Zaatari un viaje a esa parte de Siria que escapó con lo puesto de las
detenciones masivas y las bombas en zonas opositoras para buscar un lugar seguro lo más cerca posible de la frontera. Llegaron a Jordania con la idea de regresar pronto, pero llevan cuatro años en un campo que se ha convertido en el segundo mayor campo de refugiados del mundo con 80.000 personas. Una especie de pequeña Siria en mitad del desierto.
En las calles de Zaatari no piensan en emigrar a Europa, porque no tienen dinero
para pagar a las mafias, pero siguen las noticias y lamentan la decisión de Bruselas
de cerrar las puertas a sus paisanos cuando más lo necesitan. Vive encerrados en los 5 kilómetros cuadrados, vallados y protegidos por el Ejército de Jordania. Para salir necesitan el permiso del ministerio de Interior. A cambio, tienen sanidad, educación, un techo y una asignación mensual de 25 euros por persona.
Lo que parecía una salida temporal se alarga y la gente empieza a pensar que la
vuelta a Siria no será sencilla. La entrada en escena de Rusia ha dado alas a un
régimen que ha ganado terreno sobre todo en el norte y centro del país. La mayoría
de sirios de Zaatari vienen del sur, de Daraa, la gobernación donde prendió la chispa del levantamiento contra Bashar Al Assad en marzo de 2011, y escaparon de este régimen que ahora avanza gracias al apoyo militar ruso, por eso ven cada vez más negro su vuelta a casa.
Las organizaciones humanitarias trabajan para mejorar las condiciones de vida de los
refugiados. Mejoran la electricidad y el saneamiento, en lugar de tiendas de campaña hay casas prefabricadas… pero los mayores retos son la educación y el trabajo.
Lograr que los niños en edad escolar vayan a las clases en lugar de tener que trabajar para ayudar a sus familias, y lograr permisos para que los hombres en edad de
trabajar tengan el permiso de las autoridades jordanas para hacerlo. "Vivir con dignidad, mientras que la gente no viva con dignidad siempre pensará en buscar un
lugar donde pueda hacerlo", recuerda Hovig Etyemezian, hombre clave de ACNUR y manager del campo.

Resumen:
Esto ocurre en Zaatari, Jordania. Un gran número de sirios, alrededor de 80000,
llegaron a Jordania con la esperanza de volver a su país pero, tras más de cuatro
años, siguen allí. La idea de emigrar a Europa les es imposible, ya que no tienen
dinero suficiente para pagar a las mafias; además, para salir necesitan un permiso del Ejército de Jordania. A cambio, les dan los derechos fundamentales: comida,
vivienda, educación, salud y 25€ mensuales por persona.
La mayoría de sirios de Zaatari vienen del sur, de Daraa, la gobernación donde
prendió la chispa del levantamiento contra Bashar Al Assad en marzo de 2011, y
escaparon de este régimen que ahora avanza gracias al apoyo militar ruso.
Actualmente, las organizaciones humanitarias están trabajando para ayudar en todo lo posible a estos refugiados

Comentario personal:

Analizando todos los datos de esta noticia,lo que más nos llama la atención son cosas como la poca cantidad de dinero que ganan en un mes una familia entera y que los niños no puedan tener una educación en condiciones. Opinamos que hace falta mucha más ayuda por parte del mundo entero a través de las ONGs y también que esas familias deben regresar a su país donde lo tenían todo y con ayuda de los demás países se podría avanzar.


This article is from Lucía García and Natalia Hidalgo

REFUGIADOS 21 DÍAS MERITXELL: LESBOS-COLONIA


Era febrero de 2016. La periodista Meritxell Matorell, la mujer que guía y hace posible el programa 21 días, se desplaza hasta Lesbos (Grecia) y decide recorrer el camino de una familia de refugiados a la frontera de Macedonia durante esos 21 días.
Martorell se desplazaba con el equipo de 21 días para experimentar la desgarradora experiencia de un refugiado. Desde Lesbos a Colonia, la periodista recorría la ruta que cientos de miles de refugiados tratan de realizar desde que tocan tierra en la isla. En dicha ruta, ella para en Lesbos, Moria, Atenas, Macedonia, Policastro, Idomeni y Alemania.
Martorell se convertió en una refugiada, vivió con ellos, sufrió con ellos, lloró, lo grabó todo.

-Día 1/2: Meritxell comienza en Lesbos (isla griega) a donde llegan refugiados de distintos países huyendo de la guerra, cooperando con una ONG llamada Pro-activa, que se encarga de salvar las embarcaciones que cruzan el Egeo para llegar a las costas griegas. Los refugiados navegan en embarcaciones de una muy baja calidad, vendidas por la mafia a precios desorbitados, sin ninguna clase de chalecos salvavidas.

-Día 3/4: Meritxell conoce a los voluntarios de Pro-activa, los cuales se costean la estancia y demás gastos ellos mismos. Se dedican a recibir a los refugiados que llegan a Lesbos, les atienden, les dan ropa y mantas secas y les proporcionan alimentos que obtienen de las donaciones. Posteriormente los refugiados son agrupados y llevados en autobús al campamento de Moria.

-Día 5: Meritxell acompaña a los voluntarios al campamento de Moria para darles pañuelos a las mujeres. El campamento de Moria era en un principio una cárcel, más tarde, tras la crisis de los refugiados, se habilitó como campamento. Tiene una capacidad para 1500 personas, sin embargo, en el momento de la grabación lo ocupaban 4000. Debido a esto, el 40% de personas que viven en Moria duermen a la interperie.

-Día 6/7/8: Meritxell se dedica ayudar a los voluntarios y a atender a los refugiados que llegan a la costa.

-Día 9: Un aviso de la llegada de una embarcación despierta a los voluntarios en mitad de la noche para que acudan a la costa. Meritxell cuenta que el 48% de los refugiados que llegan a Europa proceden de Siria, cruzan la frontera con Turquía y se embarcan en un viaje de 4 horas hasta Lesbos. Hasta el momento han llegado más de un millón de personas a las costas griegas, cuatro mil de ellas murieron en el intento.

-Día 10: Meritxell se embarca de uno de los ferris que lleva a los refugiados hasta Atenas. Después de esto deben recorrer un largo viaje hasta Macedonia. El ferri transporta aproximadamente cinco mil refugiados. Estos duermen como pueden, en el suelo o en los asientos del ferri. Meritxell se acerca a hablar con una familia de refugiados y conoce a Sabber, un universitario que estudiaba Historia en Siria. Sobber pretende llegar hasta Alemania con su grupo. Durante el trayecto le cuenta una terrible historia a Meritxell sobre una mujer, madre de un niño de 2 años que fue secuestrada por el ISSIS. Meritxell no puede soportar la crudeza de esta historia y sale llorando de la habitación. Más tarde, después de ser consolada por una refugiada, vuelve con Sabber.

-Día 11: Llegan a Atenas y salen del ferri. Allí hay autobuses que esperan a los refugiados para llevarlos a la frontera de Macedonia. Las distintas compañías de autobuses compiten para ver quién consigue más refugiados. Meritxell intenta subir al mismo autobus en el que viaja la familia, pero no se lo permiten porque no había comprado los billetes previamente como el resto.

-Día 12: Meritxell alquila un coche y va a Policastro, un pueblo que se encuentra a 20 km de la frontera de Macedonia para buscar a Sobber.
Allí se encuentra con un caos de gente durmiendo en maleteros de autobuses y en tiendas de campaña a pesar del mal tiempo que hace. Finalmente encuentra a Sobber en uno de los autobuses y este le cede su sitio dentro para que ella pueda dormir allí con las mujeres.

-Día 13: Meritxell va a desayunar a una cafetería en la que los refugiados hacen cola para poder comer, ya que en el resto de cafeterías tienen prohibida la entrada.

-Día 14: Meritxell ve a un grupo de refugiados que se aleja del lugar y se acerca a preguntar, al parecer las malas condiciones en las que se encuentran; sin comida ni agua corriente, a temperaturas bajo cero y sin la certeza de cuándo podrán continuar el viaje les ha llevado a tomar la decisión de recorrer 30 km a pie, ya que no soportan más tal situación. Sin embargo los antidisturbios les prohiben ir a pie y les obligan a volver. Un hombre le habla a la cámara de Meritxell: “llevamos 4 días esperando aquí. No hay agua, ni comida, ni mantas, ni leche para los bebés y no nos dejan ir andando. Sabemos que es peligroso, pero no más peligroso que esto.”

-Día 15:/16 Los autobuses por fin continúan el trayecto y se dirigen a Idomeni, el campo de refugiados que se encuentran cerca de la frontera y descansan después de un largo viaje, al fin, en camas de verdad.

-Día 17: El grupo se dispone a cruzar la frontera y Meritxell, entre lágrimas, se despide de Sobber y le promete que jamás le olvidará.

-Día 18: Meritxell llega a Colonia, en Alemania, el país europeo que más ayudas destina a la integración de los refugiados y conoce a José Antonio, un periodista español que reside en Alemania y colabora en la ayuda a la integración de estos en la sociedad alemana. José Antonio le muestra a Meritxell unos módulos importados de Holanda, que sirven como pequeñas viviendas prefabricadas para los refugiados.

-Día 19: Meritxell conoce a Heike, una mujer de origen peruano que ayuda a los refugiados que llegan a Alemania. Su organización ofrece cursos para aprender alemán, además de ropa y alimentos que obtienen a través de donaciones.

-Día 20: Meritxell acompaña a una familia de refugiados que recientemente tuvo un bebé a recoger ropa de las donaciones y a ver el lugar en el que los refugiados se están alojando. Meritxell le pregunta a Ibrahim, el padre de la familia y a Heike sobre cómo creen que ve la sociedad alemana a los refugiados. Al parecer una gran cantidad de alemanes incluso quiere cerrar el pabellón en el que residen, muchos padres ya no dejan ir solos a sus hijos si pasan cerca del pabellón y compran sprays de pimienta a sus hijas.

-Día 21: Meritxell le da su cámara a Ibrahim para que grabe dentro del pabellón ya que ella no puede entrar. Ibrahim cuenta que allí dentro viven más de 200 personas, y sólo tienen 3 duchas para todos. Más tarde muestra el pequeño espacio en el que su familia y él duermen dentro del pabellón, que comparten con otros 225 refugiados.



En mi opinión la crisis de los refugiados es un problema que nos concierne a todos, y la gestión de los gobiernos europeos es un desastre, mas que solucionar el problema lo estan evitando. En Lesbos vemos como son los voluntarios de pro-activa los que hacen todo lo posible para que darle ayuda a los refugiados resulte factible, de hecho se financian a si mismos, se organizan y se preocupan de recibir las donaciones de ropa y alimentos necesarios. En Policastro y en el campamento de Moria volvemos a ver como la falta de implicación del gobierno no hace mas que complicarle las cosas a los refugiados. En resumen, el principal problema no esta en que no haya dinero para subvencionar la ayuda a los refugiados si no que no hay suficiente implicación por parte de los gobiernos europeos.
Los refugiados también son personas como nosotros que han dejado atrás un país, un trabajo, seres queridos, una vida, para llegar a Europa y encontrarse con fronteras cerradas, escasez de alimentos y no espacio en los campamentos, para encontrarse una Europa que no soluciona que no hace mas que darles negativas.

This article is from Ana García and Cristina Corrales